Dos de abril de 1982, Argentina despertaba con
la
noticia que se había dado inicio a una guerra que
pretendía recuperar las Islas Malvinas.
La dictadura buscó el apoyo de la población a
través de una feroz publicidad,
obviamente censurando, prohibiendo, todo
comentario opuesto al gobierno.
Así entre tantas mentiras, la población argentina, apoyaba
sin saber…
Pasó abril, mayo, y los primeros días de junio
; y nuestros jóvenes,
no soldados, jóvenes de entre 18 y 20 años viviendo el frío,
el hambre, la soledad, la
muerte, una guerra desigual… una guerra sin sentido.
Allá en Malvinas la muerte
lo cubría todo… y acá en Argentina el
gobierno ocultaba información y nos hacía
creer que íbamos ganando.
Al final no quedó otra que saber la verdad… la guerra
terminaba con el retiro
y la rendición
de Argentina.
El saldo 649 jóvenes argentinos muertos, 255 soldados
británicos y
tres isleños; y la reocupación de las Islas por parte del Reino
Unido.
La semana pasada, 36 años después de la
guerra, 214 familias viajaron a las Islas.
Y en 90 tumbas donde antes se leía:
Soldado argentino,
solo conocido por Dios… pudieron ahora leer el nombre de su
hijo,
de su hermano, de su esposo… Al fin, 36 largos años después de
la guerra
lograron identificar los cuerpos de nuestros jóvenes.
Hoy todavía nos duelen esas pérdidas, hoy
reconocemos, valoramos y
homenajeamos a los que fueron y a los que volvieron…
y por todos ellos es que exigimos que Malvinas
sea una cuestión de Estado,
que se abran los canales de diálogo y que se
encuentre una
solución pacífica que nos permita ejercer nuestra soberanía
sobre
el territorio de nuestras Islas.
Afiches realizados por los alumnos
en los talleres conmemorando el libro
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